Esta palabra casi siempre se utiliza para denotar respeto hacia alguien. En la calle, se lo decimos a cualquier persona de edad madura y en las invitaciones se antepone esta palabra para darle un poco de elegancia y seriedad al nombre que le sigue. Ni que decir de los templos religiosos, donde el Señor adquiere su significado mas poderoso.En el ámbito futbolero, esta palabra toma un significado muy diferente. El “señor”, en este caso, se utiliza para dirigirse a un personaje que siempre esta en el ojo del huracán. La mayoría de las veces, acompañamos al respetuosísimo vocablo “señor” de todo tipo de improperios. Así es, la verdad es casi siempre nos dirigimos al árbitro en forma altanera, irrespetuosa, grosera y, en el mejor de los casos, solo desaprobatoria.
asunto es no perder la cabeza y no reclamar en forma airada, sino mas bien en plan de negociar con el árbitro, que en algunas ocasiones es suficientemente abierto para explicarte que vio (o no vio) o porque marcó de esa forma. Y de igual manera, nunca faltan los árbitros que no permiten ni una sola palabra, y que de inicio son castrantes. En mi opinión, es lo peor que puede hacer un árbitro, ya que se pone aún más en contra a los dos equipos, que de inicio ya estan predispuestos a recibir lo que para ellos serán marcaciones injustas.
Aquí entramos a otro terreno escabroso: el criterio. Y es que es aquí donde entra lo subjetivo del juego. Lo que para mi es falta, puede no serlo para otra persona, y lo que para mi es una clara mano, para otra persona fue con el pecho. El ojo, el ángulo y la interpretación se juntan para tomar una decisión en menos de un segundo. Vaya que es difícil, si lo vemos desde esta perspectiva. Y muchas veces, si se juntan a favor o en contra dos o tres de estas discrepancias, lo más fácil es pensar mal y hacer el juicio de que el árbitro está comprado o es mala leche. Si bien no meto las manos al fuego por ningún árbitro, la verdad es que apuesto que la mayoría de las veces que son acusados, no es por que el árbitro sea deshonesto. Y por supuesto que también hay árbitros que desconocen el reglamento (especialmente en el fut amateur), o que son mala leche, o de plano ineptos. Y definitivamente es difícil tragarse el reclamo cuando te toca uno de éstos. Pero vuelvo a lo mismo, a veces hay que tratar de entender lo difícil del trabajo, y darles un poco el beneficio de la duda.
Solo imagina que el árbitro tuviera la facultad (o la puntada) de irte a reclamar cuando rebanas un balón o fallas un penalty. Arma en tu mente la imagen del árbitro gritándote “no manches, como fallaste eso!!”. ¿A verdad, a poco no te arderías? Pues igual, cuando tu le gritas a un árbitro que es un imbecil por no marcar una falta, por supuesto que se arde, y por supuesto que va a empezar a marcar un poco sesgado. Es parte inherente del ser humano.
Como siempre digo, el equilibrio es muy importante en todos los ámbitos de la vida. A fin de cuentas, jugadores y árbitros necesitan coexistir para que se lleve a cabo un juego de futbol. Entonces, ¿no habrá forma de que los jugadores de inicio nos metamos a leer completo el reglamento, y a su vez los árbitros nos den chance de desfogarnos sin que nos amonesten o expulsen, siempre y cuando no los insultemos? Creo que por ahí va la cosa.....
Por Sergio el "Cañón Vasco" Viso
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