Saturday, July 19, 2008



Conclusiones de la Eurocopa y de la Champions.
Hace unas semanas pude ver por televisión la final de la Champions League y unos 7 partidos de la Eurocopa. Igualmente, tuve la "oportunidad" de ver la Copa Libertadores. La verdad es que nos guste o no, en mi opinión hay mucha diferencia entre el futbol desplegado en ambos continentes. Los latinos seguimos siendo a veces muy cascareros y abusamos de la gambeta, mientras que en Europa llama la atención la precisión de los pases de primera intención y la definición. El traslado de la pelota es mucho más limpio en el futbol europeo, mientras que el latino es más pausado y se ven menos opciones de gol.
Confunde un poco la forma en que ganó España, ya que fusionó de alguna manera ambos estilos, ya que por un lado desarrollaron un sistema de juego basado en priorizar la posesión del balón, pero pasándolo con una precisión pocas veces vista (de hecho una de las nuevas y mu útiles estadísticas que salieron a la luz en esta Euro fue el porcentaje de pases acertados, y España fue el más alto, lo cual se acentúa si vemos que también fue de los que mas veces pasó el balón). Y aún con la premisa de mantener el balón la mayor parte del tiempo, lo arriesgaban solo cuando era necesario, y aún así llegaron bastante seguido al arco contrario, siendo además bastante contundentes.
Otra importante conclusión es que una vez más se demostró que, en general, el europeo se dedica más a jugar y menos a ensuciar los partidos.De hecho, pocas veces observamos a jugadores haciendo teatro (aunque si los hubo, por ahí recuerdo a un ruso en el juego contra España, y también a un par de holandeses). Y ahora con la premisa que llevaban los árbitros de amonestar al jugador que pidiera una amarilla para el contrario, vimos poco reclamo, aún y cuando sí se pudieron observar fallas aberrantes de los colegiados.
La verdad es que la Eurocopa reivindicó al futbol como espectáculo. Aunque no fue lo grandioso y espectacular que algunos comentaristas de la tele nos quisieron vender, definitivamente si hubo juegos y momentos en los que se vio un futbol preciso y emocionante. Además, afortunadamente ganó la selección que hizo más por ganar el torneo, cosas que realmente pocas veces sucede. España lidereó en prácticamente todas las estadísticas, pero sobre todo en la más importante, la que le da sentido al juego, y que es la de más goles anotados. Si bien Italia ganó la Copa del Mundo con su clásico "catenaccio" y aprovechando las circunstancias del juego, España ganó la Euro defendiéndose con el balón en los pies, arremetiendo cuando lo tenía que hacer y siendo contundente como pocos. Rara vez lo vimos especular o tirarse atrás.
Y ahora me tocó ver la final de la Libertadores, y pareciera que tanto la Liga Universitaria como el Flu querían ejemplificar a como diera lugar la abismal diferencia entre ambos futboles. Fue prácticamente patético ver como el portero de la Liga hizo "gala" de todo tipo de juego sucio, haciendo tiempo y cerrando con broche de oro en la serie de penales, saliéndose de su arco antes de uno de los tiros para poner nervioso al brasileño, que para colmo erró su disparo. ¿Qué hay detrás de la mentalidad del latino que busca más seguido ganar ayudándose de tranza y de teatro?
En las ligas de europa juegan los mejores exponentes de Latinoamérica, y los presupuestos de los equipos de allá y de acá es muy grande. Y por supuesto, el buen jugador latino lejos de desmerecer, le agrega valor a la liga europea donde juega. Pero también habría que preguntarse porqué el jugador latino crece tanto futbolísticamente cuando va a Europa. Yo creo que es una combinación de dos cosas: una, que se está enfrentando y compitiendo contra los futbolistas de más alto nivel y por tanto incrementa el suyo; y dos, que se "contagia" de una mentalidad más ambiciosa y, llamémosle como es, menos tramposa.
Una imagen dice mas que mil palabras: en la final de la Champions, se forjó una jugada adentro del área del Manchester United, en la que Joe Cole atacó el balón que en ese momento botó a la altura de la cabeza, y por su lado, Ferdinand entró con la pierna muy en alto, y de hecho alcanzó a rosarle la cabeza a Cole con la pantorrilla. Cole ni siquiera se inmutó, es más, siguió la jugada como si nada. El árbitro tampoco marcó nada, cuando esta entrada pienso que en el mejor de los casos era tiro libre indirecto por juego peligroso. El punto es que puedo apostar que si en lugar de Cole, ésta entrada se la hacen a algún jugador latino, éste se hubiera tirado un clavado con doble marometa hacia atrás y dificultad de 3.5, agarrándose la cabeza como si le hubieran dado un balazo.
Así que vuelvo a lo mismo, ¿es acaso la mentalidad de unos y otros lo que permite ver un futbol más armonioso en Europa? Definitivamente no es lo único, pero si es un factor de mucho peso. La mentalidad es claramente otra en el europeo. Desde luego no se puede generalizar, ya que hay europeos teatreros y hay latinos que predican el "fair play", pero la verdad es que es muy marcado como unos buscan jugar futbol superando deportivamente al contrincante y otros buscan sacar ventaja de donde sea, sin reparo alguno de hacerle daño al contrincante o engañando al árbitro. ¿Cuántos goles u oportunidades de gol se pierden a la semana en las Ligas latinas por jugadores que se tiran al primer contacto que sienten?
Actualmente también está la polémica de que si Sven Goran Eriksson es el director técnico adecuado o no para la Selección Mexicana. Que si no conoce la idiosincracia del Mexicano, que no conoce a los jugadores, que si fracasó con la Selección de Inglaterra, y que se yo cuántos más argumentos he escuchado. Como todo, la llegada del sueco tiene sus ventajas y sus desventajas, pero si logra inculcar aunque sea un 25% de "mentalidad europea" a los jugadores mexicanos, definitivamente ya justificó los milloncitos que le van a pagar...

Wednesday, April 09, 2008

¿Fair Play?

Hace unos meses se llevó a cabo la jornada del “Fair Play” en las ligas de futbol a nivel mundial. La idea, aunque bien intencionada, resultó, al menos en México, en una de las jornadas mas violentas, con muchas entradas arteras, numerosas tarjetas amarillas y varias rojas. Se comprobó que desafortundamente se trata de una buena idea, pero al parecer imposible de aterrizar en la cabeza de la gente del futbol. Desde directivos hasta utileros, pasando por los jugadores, tendrían que entrarle parejo al “fair play” en sus respectivas responsabilidades, pero desafortunadamente en general no se lleva a cabo.

Ya he mencionado hasta el cansancio que es necesario enseñar desde fuerzas básicas a los jugadores para que no se tiren clavados, que no agredan a sus rivales, y en general que no lleven a cabo las marrullerías que afloran en el 99% de los partidos del futbol profesional. La idea ésta de “ganar como sea” es un cáncer para el deporte. Los intereses creados y la parafernalia alrededor del futbol y otros deportes profesionales han hecho que los deportistas caigan en actitudes por demás deleznables y bajas con tal de ganar.

A mi entender, es imposible pedir que un deportista practique el “fair play” si en su vida fuera del deporte tampoco lo hace. Es decir, ya quisieramos muchos que la gente viviera con el “fair play” como bandera y/o modo de vida. La verdad es que la mayoría de la gente no lo practica ni remotamente cerca en su vida diaria. De hecho, si describimos la vida diaria con términos futboleros, desafortunadamente hay mucha mas gente que “ensucia los partidos” que aficionados al “juego limpio”.

Si la gente en México (y el mundo) se conduciera bajo las reglas del “fair play” en su convivio diario con el resto de la sociedad, tendríamos una sociedad poco corrupta y un planeta menos amolado de lo que ya está en todos los sentidos.
Las analogías del futbol y la vida común son muchísimas. Si tomamos, a los jueces como la Comisión Disciplinaria y a los policías como los árbitros, veríamos en la cédula arbitral o en las primeras planas de los diarios deportivos ejemplos como los siguientes:

1) Pierde 2 puntos de licencia, por juego brusco grave al golpear a un coche y darse a la fuga;
2) 24 horas a la “congeladora”, por “jugar en forma estimada imprudente y peligrosa” al manejar en estado de ebriedad;
3) Amonestación de veto al inmueble, por meter un negocio de “table dance” en una zona de uso de suelo residencial;
4) Penal y expulsión directa por meter la mano deliberadamente (en el pecho de una pasajera en el Metro);
5) Amonestación por “juego peligroso” por meterse a carreras clandestinas de autos;
6) Retumba en el estadio el grito de “árbitro justo” cuando extrañamente un policía “marca” correctamente y multa a un automovilista que se acaba de pasar el alto y no le acepta una “mordida”; asimismo, en la otra acera se escucharon algunos adjetivos calificativos como “huleeero”,“árbitro vendido”, “buitre” y otras “bellezas” cuando se le descubre a un agente de la AFI vínculos con el narcotráfico.

Es facilísimo ponerse a buscar ejemplos donde la marrulería, el fraude, y la “pasadez de lanza” son el comun denominador en la sociedad. Lo difícil es encontrar personas que se manejen bajo el juego limpio, el sentido comun y la conciencia.
¿”Fair play”? Sí, pero en todos lados y todo el tiempo. Si no, para que perdemos el tiempo buscándolo en algo tan trivial como el futbol....

Thursday, August 23, 2007

¡¡¡¡Señor!!!!!


Esta palabra casi siempre se utiliza para denotar respeto hacia alguien. En la calle, se lo decimos a cualquier persona de edad madura y en las invitaciones se antepone esta palabra para darle un poco de elegancia y seriedad al nombre que le sigue. Ni que decir de los templos religiosos, donde el Señor adquiere su significado mas poderoso.
En el ámbito futbolero, esta palabra toma un significado muy diferente. El “señor”, en este caso, se utiliza para dirigirse a un personaje que siempre esta en el ojo del huracán. La mayoría de las veces, acompañamos al respetuosísimo vocablo “señor” de todo tipo de improperios. Así es, la verdad es casi siempre nos dirigimos al árbitro en forma altanera, irrespetuosa, grosera y, en el mejor de los casos, solo desaprobatoria.
Así como hay veces que los reclamos son mas que
justificados, la verdad es que si analizamos fríamente, la verdad es que muchas veces los reclamos son desde infundados hasta absurdos. Peor aún, hay veces que el jugador demuestra que no se sabe el reglamento.
Y es que hay de reclamos a reclamos. Por ejemplo, hay veces que reclamamos en manera inmediata y/o automática. La más clásica es cuando hay una mano. Automáticamente gritamos “¡mano!”, aún y cuando actualmente depende del criterio del árbitro para saber si es o no deliberada. En otras ocasiones, hasta da pena ajena lo que reclama algún jugador. O bien, nunca falta el exagerado que se pasa reclamando cinco minutos una jugada, que aunque tenga razón, realmente no tiene ninguna importancia para el desarrollo del partido.
Desde luego, al yo ser jugador, tengo que admitir que muchas veces me he sentido robado por el árbitro, y desde luego que reclamo prácticamante cada sábado. El meollo del
asunto es no perder la cabeza y no reclamar en forma airada, sino mas bien en plan de negociar con el árbitro, que en algunas ocasiones es suficientemente abierto para explicarte que vio (o no vio) o porque marcó de esa forma. Y de igual manera, nunca faltan los árbitros que no permiten ni una sola palabra, y que de inicio son castrantes. En mi opinión, es lo peor que puede hacer un árbitro, ya que se pone aún más en contra a los dos equipos, que de inicio ya estan predispuestos a recibir lo que para ellos serán marcaciones injustas.
He tenido la “fortuna” de ser árbitro en algunos torneos amateurs. La verdad es que hasta que no te pones en sus zapatos, no los comprendes a plenitud. Recuerdo la primera vez que me tocó arbitrear en un partido oficial. La primera jugada que hubo un tapón y que el balón salio por la banda, me quedé pasmado por uno segundos. Uta!!, me quedé pensando ¿quien la tocó al final?. El paro lo hizo uno de los dos jugadores, cuando recogió el balón y sacó antes de que yo indicara para que lado era. Fue en ese momento cuando verdaderamente comprendí la complejidad de ser árbitro. Eso fue hace mas de diez años, y hoy en día probablemente con lo que he aprendido de lo que veo en la tele y escucho en la radio, haría un mucho mejor trabajo.
Justamente ayer vi una entrevista en DeporTV, donde el cínico de Joaquin Urrea (aquel árbitro que pitó el tercer juego de la final entre Pumas y America en Queretaro a mediados de los ochenta), dijo que él era el “padre de la rivalidad” entre éstos dos equipos. Me acordé de lo
encabritado que me sentí en aquella época (y aflora el mismo sentimiento cada vez que me acuerdo), ya que como buen seguidor puma, me sentí ultrajado. Y verlo ayer riéndose prácticamente de lo sucedido, pues vaya que arde. Pero lo interesante esta en reflexionar si en efecto el árbitro puede llegar a tener tanta importancia. ¿Realmente perdieron los Pumas por culpa de Urrea? La respuesta es, no necesariamente, pero definitivamente si hubiera utilizado el mismo criterio en las dos manos (la que marcó y la que dejó de marcar), seguramente hubieran cambiado las cosas.

Aquí entramos a otro terreno escabroso: el criterio. Y es que es aquí donde entra lo subjetivo del juego. Lo que para mi es falta, puede no serlo para otra persona, y lo que para mi es una clara mano, para otra persona fue con el pecho. El ojo, el ángulo y la interpretación se juntan para tomar una decisión en menos de un segundo. Vaya que es difícil, si lo vemos desde esta perspectiva. Y muchas veces, si se juntan a favor o en contra dos o tres de estas discrepancias, lo más fácil es pensar mal y hacer el juicio de que el árbitro está comprado o es mala leche. Si bien no meto las manos al fuego por ningún árbitro, la verdad es que apuesto que la mayoría de las veces que son acusados, no es por que el árbitro sea deshonesto. Y por supuesto que también hay árbitros que desconocen el reglamento (especialmente en el fut amateur), o que son mala leche, o de plano ineptos. Y definitivamente es difícil tragarse el reclamo cuando te toca uno de éstos. Pero vuelvo a lo mismo, a veces hay que tratar de entender lo difícil del trabajo, y darles un poco el beneficio de la duda.

Solo imagina que el árbitro tuviera la facultad (o la puntada) de irte a reclamar cuando rebanas un balón o fallas un penalty. Arma en tu mente la imagen del árbitro gritándote “no manches, como fallaste eso!!”. ¿A verdad, a poco no te arderías? Pues igual, cuando tu le gritas a un árbitro que es un imbecil por no marcar una falta, por supuesto que se arde, y por supuesto que va a empezar a marcar un poco sesgado. Es parte inherente del ser humano.

Como siempre digo, el equilibrio es muy importante en todos los ámbitos de la vida. A fin de cuentas, jugadores y árbitros necesitan coexistir para que se lleve a cabo un juego de futbol. Entonces, ¿no habrá forma de que los jugadores de inicio nos metamos a leer completo el reglamento, y a su vez los árbitros nos den chance de desfogarnos sin que nos amonesten o expulsen, siempre y cuando no los insultemos? Creo que por ahí va la cosa.....


Por Sergio el "Cañón Vasco" Viso

Monday, July 23, 2007

Del Antiamericanismo y otras virtudes…

Una vez consagrada la victoria del Pachuca sobre el America en la reciente final del futbol mexicano, millones de antiamericanistas respiramos con alivio, dado que la “amenaza” de que el América ganara dos torneos (Libertadores y liga) era patente y preocupante a la vez. Ya se había caído la Libertadores, ahora solo faltaba el tiro de gracia, y afortunadamente el Pachuca cumplió.

La verdad es que definitivamente el “Tigre” Azcárraga era un genio. Se propuso hace mas de cuarenta años crear al “malo” de la película, ya que las Chivas (aquellas del “Campeonísimo”) eran vistas como el “bueno”. Y si aquellas Chivas eran buena onda porque usaban puros mexicanos, pues el”Tigre” atacó a base de chequera, con los mejores extranjeros, creando al “niño popis” del futbol mexicano. Y así nacieron los “millonetas” y al mismo tiempo un sentimiento particular en contra de ellos.

Ya hasta da flojera recordar la frase de que al America o lo quieres o lo odias. Pero la verdad es que es cierto. No hay medias tintas con este equipo. No es el segundo equipo de nadie. Y definitivamente sí se disfruta cuando pierde (siempre y cuando no le vayas, claro esta).

Este fenómeno no lo veo en ningún otro país. Por poner dos ejemplos, en España, los dos archirivales manejan mas o menos nóminas altísimas, y realmente no hay ningún sello en particular que los distinga (como pudiera ser tener puros catalanes en el Barca). En Argentina, Boca y River se basan en sus respectivas fuerzas básicas y ambos contratan extranjeros cuando lo consideran necesario. Y en ninguno de éstos dos países los hinchas de otro equipo distinto están esperando que alguno de los dos pierda para regodearse.

¿Qué tiene, pues, el América para tanta animadversión? La respuesta me la dan sin querer los propios americanistas al hacerles ésta pregunta. Y es que te salen con la respuesta de “porque es un equipo grande”, ó “porque son el mejor equipo del mundo” y mamertadas de este estilo. Desde luego la respuesta a la incógnita no es la respuesta textual del americanista. Es el contexto bajo el cual contestan.

El América representa no solo aquello que tiene más que los demás, sino que además gusta de gritarlo a los cuatro vientos y “embarrarselo” en la cara a quien se encuentre en su camino. Por eso, verlo perder genera tanto gusto, ya que nos hace sentir, a aquellos que les vamos a otros equipos con menos presupuesto, que podemos ganarle a éste equipo a pesar de todos sus millones y excesos.

Igualmente hay que felicitar al que diseñó la campaña publicitaria de “odiame mas”, ya que le pegó seco al sentimiento a favor y en contra del América. No hay cosa que más arda que un americanista burlándose. En la vida común y corriente, no hay peor cosa que restreguen en la cara tus carencias (de lo que sea). Y por supuesto que brotan los complejos, y te ardes más. Así que cuando el América gana, trae un doble significado al subconsciente futbolero del fanático antiamericanista: no solo se le está diciendo que la fórmula americanista funciona, sino que la fórmula no-americanista es perdedora. ¿Te das cuenta de la doble “agresión”?

En fin, dejando de lado el tratar de entender este drama psicológico, la verdad es que si bien el americanista es insoportable cuando gana, el antiamericanista es muchas veces exagerado en su reacción en contra de éste equipo. Como siempre digo, hay que buscarle un equilibrio a todo, y no exagerar. Al final del día, no es mas que un equipo de futbol.....

Por Sergio "el Cañón Vasco" Viso

Monday, May 07, 2007

“Crack”

Esta palabra es muy socorrida en el medio futbolero para etiquetar a aquellos futbolistas que sobresalen por sus cualidades. Sin embargo, también esta palabra es la onomatopeya del sonido que se produce cuando algo truena o revienta. No cabe duda que este es el sonido más temido para cualquier futbolista. Normalmente, ese ruidito significa que tienes una lesión seria. Todos estamos expuestos a lesionarnos, y sin embargo, entramos a la cancha a jugar con la firme idea de que “a mi no me va a pasar”. Desde luego esta es la forma correcta de enfrentar cada juego. Si entras al campo pensando que te vas lesionar, de seguro se te va a cumplir tu “deseo”.

Hay futbolistas propensos a lesionarse, y al mismo tiempo, hay otros que parecen de hule. Dos ejemplos me vienen a la mente para ilustrar este punto. No cabe duda que los dos mejores futbolistas que ha dado México en los últimos 30 años son Rafael Márquez y Hugo Sánchez. Es inevitable comparar las carreras de ambos jugadores en referencia a las lesiones. En el caso de Rafa Márquez, parece que está hecho de papel, ya que se lesiona a cada rato (y ya alguna vez en algunos de sus supuestos traspasos a Italia y antes a Barcelona, se mencionó esta propensión a perder partidos por lesión como uno de los problemas para su contratación). En contraparte, recuerdo como Hugo Sánchez nunca se lesionó de seriedad, sino hasta el final de su carrera. Era rarísimo que perdiera algún juego por lesión, y gracias en gran parte a ello alcanzó la cantidad de goles que metió.

A veces me pregunto cuantas carreras ilustres se habrán cortado antes de iniciar en el profesionalismo por alguna lesión. ¿Habrá existido otro Maradona por ahí, que nunca alcanzó a jugar en Primera División porque se rompió una rodilla a los 19 años? Yo estoy seguro que sí.

Es curioso, pero la mayoría de la gente que no juega futbol piensa que las lesiones en este juego son parte inherente a un deporte de contacto. Lo más curioso, es que, en general, las lesiones serias no son producto de alguna falta o golpe, sino por movimientos que realiza el futbolista. La ruptura de ligamentos por rotación de la rodilla dejando el pie plantado, el esguince de tobillo por “pisar mal” y los desgarres musculares normalmente no tienen nada que ver con patadas. Desde luego, hay “honrosas” excepciones, ya que a veces literalmente un jugador truena a otro (como aquellas planchas del trinitario Elcock a Cuauhtemoc Blanco y del desconocido americanista Carrillo a Ramón Ramirez).

La verdad es que la mayoría de los jugadores no valoramos enteramente la salud de nuestras piernas hasta que la perdemos. Si bien yo puedo decir que nunca desperdicié una posibilidad de jugar futbol y siento que disfruté ampliamente cada unos de los juegos que disputé, la verdad es que siempre me visualicé sin lesiones serias.

Así es, hasta antes de junio del 2006, yo estaba seguro de dos cosas: que las articulaciones de mis piernas eran muy resistentes y que no era supersticioso. Pero aquel 6 de Junio del 2006 (sí, el mismísimo y supersticiosamente temido “666”) en la noche comprobé lo contrario. En una jugada sin ningún chiste, simplemente queriendo cortar en la carrera al jugador contrario que llevaba el balón, no se que movimiento hice pero algo tronó, me dolió como la fregada, y me fui de espaldas al suelo.

El diagnóstico: ruptura de ligamento anterior de la rodilla izquierda. La solución: cirugía. Tiempo de rehabilitación: 6 meses (eso dicen). Como mencioné, nunca lo ves venir (deseas que no suceda nunca y agradeces cuando no sucedió), pero hasta que oyes las palabras del doctor te cae el veinte. Te salen mil preguntas, donde la primera, desde luego, es ¿cuándo puedo volver a jugar fut?

La operación en sí es una carnicería: te quitan un pedazo de tendón de la misma rodilla, y con ese pedazo te hacen un ligamento nuevo, que fijan con dos tornillos, uno al femur y otro a la tibia. Pero bueno, te dicen que el “nuevo” ligamento es igual o más resistente que el anterior.

Aún siguiendo al pie de la letra las indicaciones del doctor y del terapeuta, por “angas o por mangas”, estoy por cumplir 10 meses de operado y apenas me dijo el doctor que a partir del 15 de Mayo puedo jugar competitivamente (por lo menos ya estoy jugando cáscaras). Es decir, cuatro meses más de lo planeado. Claro, ya no tengo 20 años, me dicen por ahí.

Yo tenía cerca de 22 años de jugar casi ininterrumpidamente unas tres veces a la semana en promedio. Así que después de diez meses de convalecencia y rehabilitación, verdaderamente valoras el tener piernas sanas y el jugar futbol. Así que ahora me da mas coraje ver como la gente falta a los juegos por estar crudos o desvelados. Ya alguna vez hablé de la esencia del futbol y varias veces he llamado la atención sobre lo negativo que son para el juego los jugadores marrulleros. Ahora más que nunca, pienso que tengo razón. Un jugador sano, debería de disfrutar cada partido, y buscar jugar por gusto, y no sólo por ganar a costa de lo que sea.

Alguna vez leí una frase de R.W. Emerson, que decía algo así como que el peor analfabeta no es aquel que no sabe leer o escribir, sino aquel que sabiendo leer y escribir, ni lee ni escribe. Yo modificaría esta frase en el sentido estrictamente futbolero, diciendo que el peor futbolista no es aquel que no sabe jugar, sino aquel que pudiendo jugar y disfrutar el futbol, ni lo juega ni lo disfruta…..

Por Sergio "el Cañón Vasco" Viso


Thursday, March 29, 2007

Historia de un paciente con problemas psicológicos.

El paciente se encontraba un tanto nervioso en la sala de espera. Era la primera vez que iba a un psicólogo, de hecho, era la primera vez que se abriría por completo para platicar sus problemas. Volteó a su alrededor y solo vio a la recepcionista contestando su teléfono. En la puerta estaba una placa que decía “Dr. Techuta Tubola”. El paciente estaba confiado en que estaría en buenas manos, ya que el Dr. Tubola había sido ampliamente recomendado.
Finalmente, después de unos cinco minutos de espera, la recepcionista le indicó que podía pasar. El paciente entró con cierta desconfianza y vio un diván, donde entendió que debía acostarse. El doctor entró y le tendió la mano, invitándolo a relajarse.
El doctor estaba leyendo un par de hojas en un fólder, que el paciente sabía que se trataba de su ficha técnica. “Muy bien, señor, veo que usted se dedica al deporte. Pero por favor cuénteme que lo trae por acá” le dijo el doctor, que proyectaba mucha confianza y una cierta tranquilidad que le añadía al ya de por si agradable ambiente.
“Pues verá doctor, resulta que tengo mal de amores, al menos eso creo. A mis ciento y tantos años (ya perdí la cuenta), he tenido millones de socios, miles de enemigos y sólo unos cuantos amantes”. Respiró profundo y continuó:”Reconozco que soy masoquista, ya que me encanta que me agarren a patadas y que me den de cabezazos. Aunque eso sí, siempre disfrutaré más a quien me golpea con tanta sutileza que siento que más que golpearme, me están acariciando.”
El doctor interrumpió: “muy bien, por favor cuénteme un poco más de estos socios de los que usted dice tener millones”. El paciente suspiró y volteó los dos ojos hacia el cielo, como tratando de evocar miles y miles de recuerdos al mismo tiempo: “En efecto doctor, cuando digo millones, son verdaderamente millones, ya que con tantos años que tengo y la cantidad de países que utilizan mis servicios, pues tengo mas anécdotas que años. Como en todo, tengo socios que dan todo de sí y disfrutan ampliamente mis servicios, tengo otros que literalmente me revientan, otros que aunque quieren tratarme bien, me tratan pésimo, y otros que creen que me entienden a la perfección y la realidad es que no tienen ni idea de qué me gusta ni como utilizarme.”
“Ya veo” dijo el doctor. “Usted mencionó que también tiene miles de enemigos.” La cara del paciente se desdibujó inmediatamente. Esta gente verdaderamente le hizo, le ha hecho y sabe que le seguirá haciendo un daño terrible.” Así es doctor. Desafortunadamente los intereses que hay alrededor de mí han hecho que mucha gente haga cosas impensables en el nombre de mis servicios, y le han quitado gran parte de la esencia original a éste maravilloso servicio que presto. De hecho, a veces pienso que ya solo se me utiliza para obtener algún dinero, y no para divertirse, competir o aprender, como era desde que nací y hasta unos 50 años después”.
El doctor lo observó con un poco de compasión y pena al mismo tiempo. “Ya voy entendiendo por que vino a verme. Pero al final del día, usted vino a contarme de su mal de amores.”
Esta vez, el paciente hizo una mueca con media sonrisa, como tratando de decidir si al hablar de este tema sufría o se complacía. “Pues si doctor, hoy por hoy estoy entre amores. Usted verá, yo tengo un gran amor más o menos cada 10 ó 15 años, pero amor lo que se dice amor. El primero de todos, el que nunca olvidaré, fue un morenito brasileño, que para ser sinceros lo pesqué muy jovencito, pero tenía tal habilidad para manejarme que caí literalmente rendido a sus pies desde que apareció en mi vida. Y aunque solo salía cada cuatro años a presumirme al resto del mundo, yo fui muy feliz en Brasil con él. Además de ser mi primer amor, ha sido mi mejor socio, ya que con nadie más en la historia conquisté más de mil veces el éxito total en mi línea de trabajo.”
“El segundo amor de mi vida llegó unos veinte años después. Se trataba de un chaparrito argentino, que le encantaba utilizarme muy pegado a él. Con él no alcancé tantas veces la cumbre, pero juntos éramos superiores al resto de los competidores de esa época. Juntos hacíamos que el resto de los socios en el lugar de trabajo fueran mucho mejores de lo que realmente eran. Ese condenado chaparro me podía manipular como nadie. Cómo lo extrañé cuando me dejó, pero desafortunadamente el me extrañó todavía más, e hizo puras tonterías con su vida después de alejarse de mi ¡casi se muere¡ Pero bueno, parece que hoy en día esta mejor.”
“El tercer amor de mi vida era un calvito francés. Creo que nunca he tenido un amor que me pegara con más elegancia que él. Cada vez que me atrapaba, sentía que caía en una almohada, y ello me invitaba a quedarme acurrucado junto a él. Cómo disfrutamos su carrera, hasta que un día todo terminó porque me confundió con el pecho de un socio, y en lugar de pegarme un cabezazo a mi, se lo dio a ese infeliz.”
El doctor asintió la cabeza, dando a conocer su empatía con el enfermo, y a la vez reafirmando que conocía el remedio para sus males.
“Usted es afortunado mi amigo, ya que entiendo su problema y sé perfectamente como lo vamos a solucionar. Usted tiene actualmente algunos socios que bien se pueden convertir en sus nuevos amores, pero tiene que darles tiempo para que se consoliden como tales.”
El doctor invitó al paciente a levantarse, y a cruzar la puerta hacia el vestíbulo. “Le voy a pedir de favor, que se ponga en contacto con la persona cuyos datos le va a entregar mi recepcionista. Quiero que le hable, que ponga su servicio a conciencia con él, y que se diviertan. En fin, que usted permita que esta persona le de el trato que usted se merece. Yo lo conozco bien, y tiene una alegría singular para utilizar sus servicios.”
Acto seguido, le dio le dio la mano al paciente y una palmada en la espalda y le dijo a su recepcionista “señorita, sea tan amable de darle al Sr. Balón de Futbol, los datos del Sr. Ronaldinho….”.


Por Sergio "el Cañón Vasco" Viso

Monday, February 19, 2007

El video mató a la estrella de fútbol…


Esto es lo que pensé cuando escuché la versión de los franceses de que el cuarto oficial del partido de la final del Mundial 2006 utilizó un monitor para ver la agresión de Zidane a Materazzi, y así “rajar” con el árbitro y expulsar al “crack”. Este título va en alusión a aquel éxito ochentero “Video Killed the Radio Star”. Cómo olvidar la voz constipada del cantante y los coros de dicha canción. De igual manera, la letra de la canción aplica más o menos con lo que está pasando actualmente entre los videos y el fútbol. La letra de la canción habla de que la esencia de la música se pierde con el nacimiento de los videos musicales. En el fútbol, me parece que la analogía es la misma, ya que el video desnuda y/o pone en evidencia (para bien o para mal) al futbolista.

En efecto, los jugadores profesionales están siendo evidenciados cada vez más por el video. En muchas ligas del mundo ya se puede enviar un video de alguna jugada que el árbitro no vio (¿o no quiso ver?) con el fin de castigar a algún jugador que cometió una infracción. En los videos y, gracias en mucha parte a la magia de la repetición en cámara lenta, podemos burlarnos al ver lo ridículos que se ven los jugadores que se tiran clavados, alarmarnos, acompañándonos con el famosísimo “tssssss”, al ver como se dobla lentamente un tobillo bajo los tachones de un jugador poniendo la plancha a otro, criticar al jugador que hizo “strike” o que rebanó un balón, etc.

Hace unas semanas, en la liga Mexicana se hizo una pequeña controversia por la suspensión del jugador de los Tigres, Cubero, por darle un “upper-cut” al riñón a Cuauhtémoc. El árbitro no vio la jugada y por lo tanto no lo asentó en la cédula. Sin embargo, el América presentó el video a la Comisión Disciplinaria y por consiguiente se suspendió al jugador dos partidos. Lo que me llamó más la atención fue la cantidad de comentarios que se generaron en los medios de comunicación por jugadores, ex-jugadores, comentaristas, y entrenadores.

Por un lado, escuché que la gente no estaba de acuerdo con esta medida, ya que este tipo de jugadas se dan muchas veces por partido y que, por lo tanto, se tendrían que enviar cientos de videos por semana. Dejando de lado la exageración de “cientos”, yo opino que sería una excelente idea que todas las directivas mandaran los videos de jugadores que se pasan de lanza o que se incremente la sanción a un jugador por una entrada violenta que el árbitro no juzgó correctamente en su momento. Si bien al principio se juntarían varios videos, definitivamente el jugador la va a pensar dos veces antes de pasarse de rosca. Y que no me digan que el jugador muchas veces no piensa por la “calentura” del partido. Pues entonces que se entrene para no calentarse.

Mas aún, los que defienden esta postura de no enviar este tipo de videos, argumentan que se atenta contra la misma esencia del fútbol. He aquí lo que para mí es más grave. La esencia del fútbol tiene que ver con anotar goles, no con buscar desquiciar con golpecitos al contrario; con hacer regates, no con picar con agujas al contrario; con salir en bloque para dejar al contrario en fuera de lugar, no con bloquear y jalonear en cada tiro de esquina. Es decir, los que piensan que todo se vale mientras el árbitro no se de cuenta, están profundamente equivocados, ya que el deporte se trata de competencia leal, no de buscar sacar ventaja de los reglamentos.

Así que si con veinte videos a la semana, podemos reducir el número de clavados por partido y aumentar el número de partidos de suspensión al jugador que atenta contra el talento y la habilidad de otro jugador, bienvenidos sean. La mayoría de los deportes profesionales se han ido beneficiando de la tecnología, y creo que el fútbol se está quedando atrás en este sentido. Si bien durante el juego sería complicado meter el video para sancionar (dado el tiempo perdido), definitivamente estoy a favor de utilizar el video posteriormente para darle mas sentido de justicia a cada partido, y buscar potenciar la esencia misma del juego.
Parte de la polémica la meten los mismos árbitros, al decir que quedan evidenciados con los videos. Pues bien, se me ocurre, que le den la posibilidad al mismo cuerpo arbitral (por ejemplo al cuarto árbitro) de analizar el partido por video y meter una cédula adicional (completamente por separado de la cédula del juego). Es decir, que sea de oficio ver el video del partido, sin esperar que algún equipo mande una queja.
Vengo insistiendo en que cada vez se pierde el espectáculo por los intereses creados alrededor del juego, así que de vez en cuando hay que echarle una manita a lo deportivo y cuidar al espectador de fútbol, que a fin de cuentas es el generador principal del dinero que se mueve en este deporte. Y definitivamente, el espectáculo será mayor mientras más se respete la esencia misma del juego. Así que en términos futboleros, va mi voto porque el video “mate” al poco profesional, al vividor y al tramposo ¿no?


Por Sergio "el Cañón Vasco" Viso